Tanto es el viento que sopla, desde tu andar viajaré a la par.
Tus paso será como el sol y el alba será un manantial de
caricias y espuma y la cuna de mi corazón.
La libertad de tu pelo, yo pintaré como se naufraga mi barca
y tu puerto serán espejos fundidos en sal que destilan
los ojos que viertes en mí.
Sos mi camino y sos mi caminar, sos agua y vino, sos trigo y sos pan.
Que los abriles no cambien tus luces, que tu sonrisa se vuelva brisa.
Que tu mirada que ya ha sido mía sea poesía del hombre del día,
Que ayer te cantaba,
que yo te decía que trinan al verso de sus melodías.
Sos el misterio que embruja, sos el adiós que hace bien y
El vaivén de las madrugadas al sur bajo las sombrita del árbol
Que me hace cosquillas y abraza mis pies.
Sos el desierto y sos el arenal donde mis besos yo quiero enterrar.
Que los abriles no cambien tus luces,
que tu sonrisa se vuelva brisa y tu mirada
Que ya ha sido mía sea poesía del hombre del día, que ayer te cantaba,
Que yo te decía que trinan al verso de sus melodías.
Sos eucaliptos en mi respirar, sos la montaña, el deseo y el mar.
Yo sé que has visto mejores paisajes
de los que puedo ofrecerte en mi casa.
Soy barrilete, soy el ser que abraza remonta vuelo y sigue su viaje.
Más tengo el deseo de ser tu consuelo,
tu parte de tierra, tu luz y tu cielo.
